jueves, diciembre 31, 2009

El polvo y la Nebulosa de la Hélice


El polvo hace que este ojo cósmico se vea de color rojo (clic en la imagen para ampliarla a 720 x 517 píxeles o verla mucho más grande). La extraña imagen del Telescopio Espacial Spitzer muestra la radiación infrarroja de la Nebulosa de la Hélice (NGC 7293), una nebulosa muy estudiada que se encuentra a no más de 700 años-luz de nosotros, en la constelación de Acuario.

Durante mucho tiempo se consideró que la envoltura de gas y polvo de 2 años-luz de diámetro que rodea a una estrella enana blanca central representaba la última fase de la evolución de una estrella de tipo solar, por lo que se constituía en un ejemplo típico de nebulosa planetaria. Pero los datos del Spitzer ponen de manifiesto que la propia estrella central de la nebulosa está inmersa en un resplandor infrarrojo asombrosamente brillante.

Los modelos sugieren que el resplandor se explicaría por la presencia de un disco de desechos polvorientos. Aunque la parte fundamental de la materia de la nebulosa fue expulsada por la estrella hace muchos miles de años, dicho polvo residual podría haber haberse formado por colisiones entre objetos concentrados en una zona específica, algo bastante similar a lo que ocurre en el cinturón de Kuiper del Sistema Solar o en la nube cometaria de Oort. Por esta razón dichos cuerpos, parecidos a cometas y formados en el distante sistema planetario, habrían sobrevivido a las fases más dramáticas de la evolución de la estrella.

Discos de escombros alrededor de soles alejados. En esta espectacular ilustración artística, algunos desechos se incorporan al disco de formación planetaria que gira en torno a un sol alejado. Pero esto no es sólo una fantasía: en los recuadros se muestran imágenes reales de tal disco en torno a dos estrellas cercanas —AU Microscopii (arriba a la izquierda, vista de canto) y HD107146 (a la derecha, vista de frente)—, fotografiadas por el Telescopio Espacial Hubble. Los datos, combinados con imágenes infrarrojas del Telescopio Espacial Spitzer —que muestran discos de desechos en torno a estrellas que se sabe que albergan planetas—, proporcionan el primer vínculo directo entre discos y planetas extrasolares, una relación que sugiere un escenario donde los planetas en vías de evolución dispersan los escombros producidos por colisiones efectuadas en el interior de enormes discos. Con el tiempo, los discos polvorientos pueden reducirse y convertirse en algo parecido al cinturón de Kuiper, un conglomerado de cometas del Sistema Solar (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 31 de diciembre de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: NASA, JPL-Caltech, Kate Su (Steward Obs, U. Arizona) et al. (en inglés).

Nota: cumpliéndose hoy el último día del calendario, aprovecho para desearles un muy feliz perihelio.