jueves, diciembre 16, 2010

Gemínidas sobre el observatorio de Kitt Peak


Dos grandes cúpulas de telescopios, que por una cuestión de perspectiva parecen fundirse en una sola, se encuentran en el primer plano de este paisaje del cielo nocturno obtenido desde el Observatorio Nacional de Kitt Peak, cerca de Tucson, en el estado norteamericano de Arizona (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla aún más grande).

La imagen se tomó durante las primeras horas del 14 de diciembre de 2010, mientras la lluvia de estrellas fugaces de las Gemínidas alcanzaba el máximo de actividad. El edificio más cercano a la cámara, cuya cúpula está parcialmente abierta, alberga al Telescopio Bok de 2,3 m o 90 pulgadas de diámetro, operado por el Observatorio Stewart de la Universidad de Arizona. En la cúpula situada detrás del Bok está instalado el Telescopio Mayall de 4 m (en la imagen de la derecha).

Como es obvio, no se necesitaba un telescopio para disfrutar de los meteoros que surcaban el cielo. La composición mostrada arriba está formada por 13 exposiciones de 15 segundos cada una, tomadas con una lente de gran angular en un período de unas 2 horas durante el cual la noche de Kitt Peak se mostró clara y templada (*).

La lluvia de meteoros de las Gemínidas es un acontecimiento astronómico que se repite todos los años y se debe a que el planeta Tierra atraviesa la estela polvorienta de 3200 Phaethon, un asteroide misterioso y atípico.

Todo es fugaz. Un meteoro de las Gemínidas se extingue sobre los milenarios restos de una iglesia de la época vikinga (clic en la imagen para ampliarla). Crédito de la imagen: P-M Hedén, Vallentuna, Suecia. Más imágenes en esta galería fotográfica de las Gemínidas (epígrafes en inglés).

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 16 de diciembre de 2010. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen y copyright: David A. Harvey.

(*) Estuve observando un rato, a eso de las 2 de la mañana. El cielo estaba despejado y hacía calor, de manera que las condiciones meteorológicas eran propicias; sin embargo, como la constelación de Gemini está bastante cerca del horizonte y las luces de la ciudad dificultan la observación (si no la imposibilitan), el resultado es que no vi ninguna Gemínida, al igual que otros años.